lunes, 27 de octubre de 2008

APRENDER A ESTUDIAR: TÉCNICAS DE ESTUDIO

El conocimiento y utilización de técnicas de estudio puede contribuir a la mejora del éxito escolar. El beneficio de desarrollar alguna técnica de estudio es grande y sus resultados dependerán de una buena aplicación de la misma.
Hay que tener en cuenta que, junto a la inteligencia, en el éxito de los estudios, influyen varios factores como el esfuerzo, las propias técnicas de estudio e incluso algunas circunstancias ambientales que pueden ser motivadoras.
Tipos de métodos de estudio
Son varias las técnicas de estudio utilizadas por los escolares y todas aportan diferentes metodologías que correctamente aplicadas pueden facilitar en gran medida el trabajo de los alumnos y alumnas, aunque quizá una de las que mayor aceptación tiene entre ellos es la denominada Robinson, que permite disminuir el tiempo de estudio y aumentar la habilidad para comprender la información. Consta de cinco fases:
Explorar: hay que realizar una lectura general del texto para obtener una visión global. Es esta lectura es muy importante atender a todos los detalles que ofrecen pistas para comprenderla, tales como los títulos, los subtítulos, el uso de negrita, las ilustraciones o los gráficos.
Preguntar: en esta segunda fase el estudiante debe adoptar una actitud crítica hacia lo que ha leído, formulándose aquellas pregunta fundamentales sobre el texto que son las que se tendría que saber contestar después de la lectura, de modo que con ellas se obtengan las claves más importantes que hay que aprender.
Leer: hay que leer nuevamente el texto de una forma más detenida, intentando encontrar las respuestas a las preguntas formuladas anteriormente para conseguir así una lectura comprensiva del documento. Es el momento de aplicar algunas técnicas de estudio como el subrayado.
Recitar: repetir lo que se ha aprendido hasta ahora con las propias palabras de manera que el niño o la niña pueda comprobar si ha entendido todo el contenido.
Repasar: es un paso imprescindible para poder retener lo aprendido. Se debe realizar todas las veces que sea necesario hasta estar completamente seguro de que se han asimilado todos los contenidos.
Otro método muy conocido entre los estudiantes es el denominado 2L, 2S, 2R.
Primero se realiza una lectura general del tema que se va a estudiar y después, se hace otra lectura más detenida donde se intenta comprender las ideas principales del texto y se analizan sus contenidos.
Las 2S de la fórmula se refieren a los términos subrayar y sintetizar. Se subrayan las ideas principales y se elabora una síntesis con ellas. Aquí tienen cabida cuadros, resúmenes, esquemas, etc.
Finalmente, el método incluye 2R, repetir en voz alta lo que se acaba de aprender para detectar los puntos de difícil aprendizaje o afirmar los contenidos, y realizar oralmente un repaso general del tema para comprobar si realmente se ha aprendido.

Existe otra técnica de estudio muy similar a esta última conocida como Método Plerer. En ella se distingue entre cuatro fases:
Prelectura o lectura general inicial: se realiza una lectura general del texto fijándose en las partes fundamentales del contenido.
Lectura reflexiva: el estudiante debe hacer un análisis y seleccionar las ideas principales.
Estudio: se lleva a cabo una nueva lectura para asimilar y memorizar las ideas principales del texto.
Revisión o repaso de lo estudiado: el estudiante repasará el texto oralmente o por escrito para afianzar los contenidos y comprobar qué debe volver a estudiar.
Esquema: Una vez aprendido el tema es necesario hacer un esquema de todo.
Hay muchos métodos de estudio pero no sólo son importantes las técnicas que se puedan aplicar sino que también hay que prestar especial importancia a factores como el lugar de estudio, la alimentación, el sueño o la intensidad de la luz para conseguir unos óptimos resultados. Orientaciones para el estudio:
Planificar el tiempo.
Crear hábitos de estudio.
Motivar a los niños hacia el estudio.
Promover la mejora en la competencia lingüística.

miércoles, 15 de octubre de 2008

EDITORIAL EN EDUCAWEB

Unas AMPAS a reformar
Enric Renau. Editor (25/03/2008)
La formalidad, las tareas logísticas y hasta administrativas que hay detrás de algunas asociaciones de madres y padres, consecuencia de la legislación vigente y del poco interés de muchos centros en que funcionen, deberían dar paso a unas AMPAS pragmáticas, útiles, concretas y motivadoras.
Se exige que el sistema educativo responda a las necesidades sociales. Pero la sociedad no se implica ni en el gobierno ni en las actividades de los centros educativos.Los padres y madres, excepto una minoría a la que se le debería hacer un homenaje, tratan al centro educativo casi como una empresa de servicios, como si se tratara de la compañía telefónica, de la luz o la agencia de viajes. Sucede en los centros públicos y en los privados. Los docentes y otros profesionales del centro escolar son percibidos por muchas familias como unos asalariados que tienen que prestar un servicio de forma eficiente y a los que se les debe exigir resultados más que comprender sus problemas con el grupo clase o de presión laboral. El profesorado, en general, tampoco considera a las madres y padres de sus alumnos como unos compañeros de viaje con los que compartir experiencias, dudas y retos sobre los alumnos/hijos, sino que son un trámite más para cumplir con el expediente.Todo ellos se deriva del estudio realizado por la Universitat de Lleida sobre la participación en las escuelas y el papel de las Asociaciones de Madres y Padres (AMPA). Además, según estudios realizados por DEP, en conjunto, la valoración de las AMPA por parte de las familias no es excelente. Por un lado, las padres más motivados y participativos, se quejan de la poca implicación del resto de familias. Por otro lado, el resto de padres, no percibe un interés en las reuniones organizativas y decisorias ni participa en actividades que desconoce.Las AMPAS tienen que cambiar. Mi reflexión es que la formalidad, las tareas logísticas y hasta administrativas que hay detrás de algunas asociaciones, consecuencia de la legislación vigente y del poco interés de muchos centros en que funcionen, deberían dar paso a unas AMPAS pragmáticas, útiles, concretas y motivadoras.Unas AMPAS que tengan una definición clara de objetivos a conseguir y que concentren el poco tiempo disponible de las madres y padres en momentos de intercambio, información y formación, gestionados, en la medida de lo posible, por expertos que dominen las técnicas.
Enric Renau Editor editor@educaweb.com