martes, 11 de septiembre de 2007

COMIENZO DEL CURSO 2007/2008

Hola familias, bienvenidos de nuevo al cole. Hoy han comenzado de nuevo las clases. Desde la Asociación de Padres de alumnos queremos haceros llegar nuestra particular bienvenida dandoos algunos consejos de como hacer posible que los niños acudan a clase contentos.

¿Qué podemos hacer para que los niños y niñas vayan contentos a la escuela?


Las familias buscan para sus hijos e hijas una escuela adecuada con los valores que desean que ellos y ellas adquieran, pero esto no es todo lo que preocupa a las madres y los padres. ¿Cómo se adaptarán?, ¿aprenderán?, ¿será para ellos y ellas un lugar agradable, o un espacio de desavenencia e incomprensión?, ¿será la escuela adecuada para él o ella? Ir al colegio es un paso muy importante en la vida de un menor o una menor. Es un momento de alegría y de ilusión, pero para muchos y muchas, también de miedos y angustias.
La familia puede ayudar a los niños y a las niñas a que se adapten bien al colegio, para ello les tienen que ir hablando de cómo será su nueva vida escolar progresivamente y con paciencia. Es básico y principal que los padres y las madres hagan entender a los y las menores que tienen que ir al colegio porque se hacen mayores, hay que explicarles que la familia les lleva a la escuela porque es lo mejor para ellos y ellas.
El siguiente paso es ir explicándoles poco a poco que en el colegio habrá un montón de nuevas presentaciones, que en los próximos días conocerán a muchos niños y niñas de los que se harán amigos, y a maestros y maestras y monitores y monitoras, a los que tendrán que escuchar y obedecer, y que también conocerán nuevos espacios muy divertidos, como las clases, los comedores, los patios, etcétera.
Una buena idea es que las familias expliquen a sus hijos e hijas cómo irá el día cuando vayan al colegio: quién los despertará y les preparará, quién les llevará al colegio, si se quedarán a comer, si realizarán alguna actividad extraescolar y, sobre todo, quién los recogerá, porque los niños y las niñas necesitan organización, unas rutinas que los ayuden y les den la seguridad necesaria. Es importantísimo no decirles nunca mentiras, porque éstas generarán desconfianza e inseguridad y los y las menores acabarán desconcertados.
También es muy importante que los padres y las madres fomenten la curiosidad y la pasión por los conocimientos en sus hijos e hijas. Y, por ejemplo, cuando las y los pequeños pregunten cómo funciona la lluvia, los ordenadores o la televisión de casa, se les explique que muy pronto podrán saber todo eso gracias a los conocimientos que obtendrán en sus clases de la escuela. De hecho, está comprobado por los psicólogos infantiles que los niños y niñas provenientes de familias donde se les da mucha importancia a la escuela van más motivados a sus clases.
A partir de ahí a la familia sólo le queda seguir ejerciendo su influencia en toda la etapa de escolarización de sus hijos e hijas y preocuparse, por ejemplo, de que los niños y niñas lleguen puntuales y mantengan unos hábitos de estudio correctos.
Con estas simples medidas es muy probable que los y las menores acudan a las aulas contentos y entren decididos e ilusionados a sus clases, pero si cuando llegue el gran momento el niño o la niña lloran, los padres y las madres no tienen que quedar desolados por esta reacción de sus hijos e hijas, ya que según todos los expertos en educación infantil el llanto es una reacción normal. Solamente hay que darles tiempo y ayudarles a expresar con palabras lo que les pasa. Es necesario que los padres y las madres tengan mucha disponibilidad y receptividad para conectar con las intensas emociones que viven sus pequeños y pequeñas cuando inician su escolaridad. Los niños y niñas sienten excitación y alegría por el descubrimiento de nuevas relaciones y cosas, pero también de desconcierto y desamparo.
Una vez el niño o la niña se ha acostumbrado a la rutina de la escuela, la familia no debe bajar la guardia. Es el momento en el que las madres y los padres deben ser constantes e ir adaptándose a la evolución del comportamiento de su hijo o hija en las diferentes etapas de la vida escolar y mantener siempre una relación estrecha con los educadores y educadoras para conseguir la mejor colaboración posible a la hora de actuar sobre el desarrollo de la menor o el menor.
Si los padres o las madres detectan que sus hijos o hijas no son felices yendo a la escuela, es necesario que se les proporcione un espacio abierto, en el que el menor o la menor se pueda sentir representado, donde pueda explicar y opinar sobre las cosas que le pasan y, sobre todo, donde se le escuche. La familia debe facilitar que el niño o la niña se exprese y se comunique.
Sencillos trucos:
- Explicar a los hijos e hijas cómo será su nueva vida escolar.
-Hacerles entender que tienen que ir al colegio porque se hacen mayores.
-Concretar los detalles con el o la menor: explicarles quién les llevará al colegio y quién les recogerá.
-Comentarles todas las ventajas que tiene el ir a la escuela.
-No mentirles nunca.
-Realizar un proceso de adaptación progresivo.

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