La sabiduría popular proclama que la imaginación es el mejor juguete, pero no es fácil sobreponerse al poderoso influjo de la videoconsola. ¿Saben jugar los niños?, ¿cuentan con espacios adecuados para hacerlo?, ¿se juega ahora «peor» que antes? Éstas y otras cuestiones fueron abordadas el martes en el colegio Elena Sánchez Tamargo en el primer taller del proyecto «Escuela de participación», dirigido a padres, abuelos y cuidadores de los escolares del centro. Mientras los padres debatían sobre las múltiples dimensiones de los juguetes y el juego, sus hijos se dedicaron a llevar la teoría a la práctica en la ludoteca habilitada para cuidar de los más pequeños.
La afluencia de familiares (unas 90 personas) superó las expectativas, por lo que hubo que organizar tres talleres según los niveles de edad de los escolares. «Los hábitos lúdicos de los niños de ahora han cambiado mucho en comparación con los de sus padres o abuelos. Por ejemplo, en la actualidad hay un predominio de los juguetes que se usan individualmente, frente a los juegos, en los que pueden participar la familia u otros niños», explica Rosa Lorenzo, orientadora educativa del Sánchez Tamargo, que añade: «La elección de los juguetes ya no la realizan los padres y está muy vinculada a la economía de consumo. Hay que rescatar juegos tradicionales como las chapas, la comba y el escondite, que no cuestan dinero y son muy participativos».
En los talleres también se abordaron los diferentes juguetes que se asignan a niños y niñas. «Hasta con los nuevos juguetes existe esa diferenciación. Las Wii que se anuncian en la televisión para chicas son rosas, y para chicos, de colores oscuros», indica Lorenzo. Otra de las cuestiones que los padres analizaron con los educadores fue la pérdida de espacios lúdicos en la sociedad actual. «Los niños de hoy en día juegan mucho más en casa y es más difícil que puedan jugar solos en la calle, lo que necesariamente ha cambiado los hábitos de ocio», argumenta la orientadora educativa del colegio lavianés.
Rosa Lorenzo subrayó que uno de los objetivos del programa «Escuela de participación» es «despertar inquietudes y promover la reflexión entre las familias». En próximas reuniones se abordarán, entre otros temas, la resolución de conflictos dentro del ámbito familiar, el fomento de la lectura entre los jóvenes y la función de las familias como agente educador.
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